Monseñor ALBERTO GIRALDO JARAMILLO Recién posesionado como Obispo de Cúcuta en 1.983, mostró interés y a la vez preocupación por dos situaciones fundamentales en el mejoramiento de la Iglesia Diocesana; la primera la manifiesta dispersión en la formación del Clero, que por no existir Seminario Mayor los estudios de Filosofía y Teología se hacían en los Seminarios Mayores de Nueva Pamplona y Tunja recibiéndose generosa y paternal acogida de los Arzobispos de esas Sedes, Monseñores RAFAEL SARMIENTO PERALTA (quien trajo los Cursillos a Colombia e inició la extensión por el mundo, fueron realizados en Bogotá (los primeros Cursillos Femeninos en la Historia del M.C.C) y Cúcuta (el primer cursillo mixto en la Historia del M.C.C en 1.957) y AUGUSTO TRUJILLO ARANGO.
La segunda inquietud, el aprovechamiento de los laicos en la construcción de una Iglesia más dinámica y participativa para lo cual propuso el ESTUDIO Y ANIMACIÓN DE AMBIENTES y con discreción pero efectividad convocó a las fuerzas vivas de la ciudad, comercio, pequeña industria, educadores, laicos comprometidos en actividades parroquiales, asociaciones de profesionales entre otros, creándose un conversatorio que por reunirse todos los jueves en el Hotel de propiedad del doctor ALVARO RIASCOS se denominó “GRUPO ARIZONA”.
En América, ésta fue la primera nación que conoció los Cursillos de Cristiandad. En febrero del año 1953, el padre Rafael Sarmiento Peralta, posteriormente Obispo, viajó a Mallorca en calidad de Delegado Episcopal de la Acción católica Colombiana y participando en el Cursillo Nº 71.
Al volver a Colombia, realmente entusiasmado con el descubrimiento de este instrumento de apostolado, decide lanzarse, por su cuenta y riesgo a la aventura de los Cursillos. Lo único con que contaba para ello era audacia, buena intención y la poca o nada experiencia de haber vivido su propio Cursillo en Mallorca. No contaba con esquemas, ni literatura, ni técnica, ni directrices fijas, ni mucho menos con dirigentes seglares que colaboraran con él. Pero no le importó, y con la colaboración de los padres Manuel Segura C. M. y Enrique Acosta emprendió su aventura dictando los primeros Cursillos sólo, sin Equipo de Dirigentes laicos, ni mucho menos Rector seglar.
Todo estaba en sus manos, y como era el único que "sabía", se permitió algunas licencias, las que, miradas en la perspectiva del tiempo, permiten aquilatar mejor aún lo que es la Gracia del Señor.
En enero de 1949 se celebró en el monasterio de San Honorato, en Mallorca, el primer Cursillo de Cristiandad. Hoy más de 6 millones de personas, en los cinco continentes, han vivido la experiencia de un Cursillo.
El Movimiento de Cursillos nació en Mallorca en los años 40. A principios de 1936, Manuel Aparici, presidente nacional de los jóvenes de Acción Católica, en compañía del cardenal Pacelli, propuso a Pío XI una masiva peregrinación de jóvenes al sepulcro de Santiago en Compostela: Cien mil jóvenes en gracia a Santiago. El Papa bendijo la iniciativa, pero no pudo llevarse a cabo por las dos guerras (española y mundial) que se sucedieron. Ya desde 1943, y más intensamente a partir de 1945, el Consejo Superior de jóvenes de Acción Católica empezó a dar, en muchas diócesis de España, unos cursos anuales llamados cursillos de adelantados de peregrinos. En Mallorca, estos cursos fueron muy bien acogidos, y adaptados con el nombre de cursillos de jefes de peregrinos. Dichos responsables se reunían en una Escuela Diocesana de Dirigentes, que preparaba, revisaba, corregía y perfeccionaba incesantemente los cursos celebrados. De la fervorosa espiritualidad peregrinante de esta Escuela, y de su estudio teológico, psicológico y pastoral de la realidad, surgió algo nuevo, los Cursillos de Cristiandad, que cristalizaron en la doble fórmula: vivir y compartir lo fundamental cristiano, y crear núcleos de cristianos que fermenten evangélicamente los ambientes.
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