9. EL MCC EN LA VIDA Y ACCIÓN PASTORAL DE LA IGLESIA (# 621 - 699).
1. INTRODUCCIÓN.(# 621).
1. El Misterio de la Iglesia, (# 622 - 627).
2. La acción pastoral. (# 628 - 630).
2. EL MCC EN LA VIDA DE LA IGLESIA. (# 631 - 647).
1. El MCC, patrimonio de la Iglesia. (# 631 - 632).
2. Los criterios de eclesialidad que deben inspirar la vida y la acción del MCC en la pastoral de la Iglesia. (# 633 - 647).
3. LA FUNCIÓN PROPIA DEL MCC EN LA ACCION LA PASTORAL DE LA IGLESIA. (# 648 - 666).
1. El Ministerio de la Iglesia. (# 648 - 649).
2. La función específica del MCC. (# 650 - 653).
3. La evangelización de los ambientes, opción fundamental del MCC.
4. CARACTERÍSTICAS DE LA OPCIÓN FUNDAMENTAL DEL MCC. (# 667).
1. La opción por la persona humana. (# 668 - 670).
2. La opción por la Pastoral Kerygmática. (# 671 - 686).
3. La opción por la Pastoral Comunitaria. (# 687 - 690).
5. EL MCC. Y LA PASTORAL ORGÁNICA O PASTORAL DE CONJUNTO.(# 691 - 696).
6. CONCLUSIÓN.(# 697 - 699).
521. Para comprender al MCC en la vida y acción pastoral de la Iglesia, es necesario recordar dos realidades fundamentales e íntimamente unidas entre sí: Iglesia y pastoral. Y ello, por la fundamental razón de que el MCC es un movimiento de Iglesia; y, como tal, tiene una clara; función dentro de su acción pastoral.
622. La Iglesia es un misterio grande, que no puede ser abarcado en definiciones excluyentes. La realidad de su convocación, comunión y misión sólo pueden tratarse desde una eclesiología comparada. Ninguna imagen de la iglesia es exhaustiva; pero todas contienen parte de verdad.
623. La Iglesia es en Cristo como un sacramento, o sea signo e instrumento eficaz de la unión íntima con Dios, y la unión íntima con todo el género humano. Por eso
decirnos que la Iglesia es un misterio y un sacramento de Comunión.
624. La Iglesia es el Cuerpo Místico de Cristo, cuya cabeza es Cristo mismo, y cuyo cuerpo, vivificado por el Espíritu Santo, lo formamos todos los fieles, en íntima unidad de fe y esperanza, en íntima corresponsabilidad en el amor y en íntima vida de familia en la que los miembros más pequeños son objeto de particular predilección.
625. La Iglesia es Pueblo de Dios, pueblo sacerdotal, profético y real, nación santa, pueblo histórico que libera, congrega y lleva al Padre a todos los hombres en su realidad concreta de tiempo y lugar, repitiendo en cierto modo la Encarnación, Pasión, Muerte y Resurrección de Jesús. Es pueblo construido en la unidad de la diversidad y en la igualdad de la dignidad, del origen y destino de todos los hombres.
626. La Iglesia es Sacramento universal de salvación. Jesús, autor de la salvación, constituyó la Iglesia a fin de que fuera para todos y cada uno, el sacramento visible de la unidad salutífera. Ella es servidora universal de la vida divina en todos los hombres, a la manera de su "Maestro y Señor"; y, en consecuencia, nada de lo que es auténticamente humano le es extraño, pues ella debe impregnar de la vida de Dios a todo el hombre y a todos los hombres.
627. Dios puso en marcha la Iglesia para edificar el Reino, del cual ella es al mismo tiempo parte e instrumento, germen y principio. Por ello, la Iglesia se comprende desde su misión. Ella, enviada como el Hijo y por el Hijo, está constituida por la comunidad de los que creen en Jesús y tienen como misión propia continuar la tarea misma del Señor: anunciar e instaurar el Reino de Dios, Reino de Justicia, de amor y de paz.
628. Es la acción total, global, de la Iglesia Pueblo de Dios y sacramento universal de salvación, mediante la cual, en cumplimiento de su misión, bajo la guía de sus Pastores, y en unión de todos los hombres de buena voluntad, se esfuerza por construir entre los hombres el Reino del Padre.
629. Esta acción total de la Iglesia se realiza fundamentalmente:
-en la edificación de la Iglesia misma, de su propio ser, como lugar privilegiado de redención y liberación; como anticipo y germen del Reino, como comunidad en proceso de salvación: hija y madre, discípula y maestra de verdad, penitente y reconciliadora, se rehace continuamente en humildad por la fuerza del Espíritu;
-en su presencia dinámica en el mundo, al cual fue enviada por su Fundador y Cabeza como sal, fermento y luz, para que, así, fuese agente de salvación en la trama misma de toda la historia humana; historia de salvación.
630. Ante la actual situación de los hombres en el mundo, la acción de la Iglesia, en respuesta a la Palabra de Dios, se orienta hoy con especial énfasis en estas grandes líneas:
-un mayor compromiso con Cristo y con el mundo que tiene que salvar;
-un concepto más integral y más comunitario del Plan salvífico de Dios;
-un respeto mayor a los individuos, como consecuencia de un mayor reconocimiento de la dignidad de la persona humana;
-una constante atención a los signos de los tiempos;
-una mayor toma de conciencia de la necesaria presencia en el mundo, como fermento (encarnación) y corno respuesta (servicio);
-una renovada flexibilidad de forma y de estructuras.
2. EL MCC EN LA VIDA DE LA IGLESIA
1 EL MCC, patrimonio de la Iglesia
631. El MCC es un movimiento de Iglesia. Nació de un plan pastoral, al calor de una comunidad cristiana presidida por el obispo; en ella sus dirigentes y sus estructuras convoca y ayudan a la conversión; en ella despiertan el hambre de Dios y enseñan a vivir de su savia; desde ella y en su nombre fermentan los ambientes y abren espacio al Reino de Dios.
632. EL MCC, fiel a su mentalidad, finalidad y lodo, es un instrumento de renovación cristiana dentro la Iglesia. En ella ha creado multitud de núcleos de fieles que viven y conviven lo fundamental cristiano y se esfuerzan, así, por fermentar de Evangelio los ambientes. Miles de cristianos renovados en un Cursillo de Cristiandad han revitalizado instituciones y movimientos, han dado origen a nuevos movimientos, ocupan puestos de responsabilidad en la acción pastoral de la Iglesia. El MCC aporta a la Iglesia un método apostólico, acrisolado en la experiencia en el campo de la evangelización. Trabaja y vive en equipos eclesiales en íntima comunión con el obispo. Es por ello, una parte de la vida y acción pastoral de la Iglesia; es, ya, un patrimonio de la Iglesia universal.
2. Los criterios de eclesialidad que deben inspirar la vida y acción del MCC en la pastoral de la Iglesia.
633. El MCC, como parte de la Iglesia, tiene en ella una función específica, acorde con su esencia, finalidad y método propio. Esa presencia y acción del MCC en la Iglesia se vive dentro del marco de unos criterios eclesiológicos pastorales, válidos para cualquier acción pastoral, que se derivan del ser mismo de la Iglesia, y del Movimiento, como agente de pastoral.
Sentido de Iglesia
634. Saberse y sentirse Iglesia, servir a la Iglesia, hacer Iglesia, aparte de ser los mejores títulos que deben ostentar quienes trabajan en la Iglesia para implantar el Reino de Dios en el mundo, son la única razón profunda y válida que puede justificar la existencia misma y la permanencia en ella de todos sus movimientos y organizaciones apostólicas.
635. Precisamente por eso el MCC, para que la Iglesia se realice en el mundo como Cristo lo quiso, debe interesarse en su pastoral, trabajar en ella con ahínco, hasta lograr que la historia y los hombres todos se integren al Plan salvífico de Dios. Todo otro horizonte es reducido. Eso supone que, por sobre todo, el MCC se sienta hijo de la Iglesia. Así se lo pide el Papa: "Junto con vuestros Pastores estudiad los caminos aptos para la difusión del Evangelio. Pero, sobre todo, sed hijos fieles de la Iglesia.
Sentido comunitario y corresponsabilidad
636. Dios es solo, pero no solitario. Es la más perfecta comunidad: Padre, Hijo y Espíritu Santo. Lo esencial en la comunidad de Dios es la pluralidad de personas en la unidad de la esencia. Tres personas distintas un solo Dios verdadero; Cristo, Dios y Hombre, es elgran revelador de Dios-Amor y de cómo Dios es amor: en comunidad, en unidad.
637. Creado a imagen y semejanza de Dios, el nombre se hace semejante a Dios por el amor, cuando se relaciona sinceramente con sus semejantes, en un intercambio de verdad y de vida. Desde el misterio de la iglesia, es cristiano quien, injertado en Cristo por medio del bautismo, ame, conviva y comparta con los hermanos. Ser cristiano será siempre hacer comunidad de fe, de esperanza y de amor.
638. El MCC es un agente en la construcción de la iglesia como sacramento de comunión y participación; en consecuencia, pone al servicio de la Iglesia todos sus recursos para colaborar con ella en su acción pastoral y en la creación y promoción de comunidades cristianas, en plena corresponsabilidad con la misma Iglesia.
Revisión y renovación
639. Hablando de la Iglesia en general, Pablo VI no tuvo inconveniente en afirmar que la palabra "aggiornamento" habrá de estar siempre presente en ella como meta programática, como un estímulo a su siempre renaciente vitalidad, a su siempre vigilante capacidad de estudiar los signos de los tiempos, es decir, a su siempre joven agilidad para probar todo y quedarse con lo que es bueno, siempre y en todas partes.
640. El MCC siente con la Iglesia la necesidad de revisarse y renovarse cada día y casi cada momento. Este renovarse constantemente supone estar atento a la vida de los hombres y al dinamismo de su historia personal y colectiva, tratando de descubrir a la luz de la palabra, a través de los signos de los tiempos, la forma con que aquí y ahora puede servir a la Iglesia y al mundo.
641. El MCC nació experimentando el doloroso problema de buscar caminos nuevos, que aseguraran la autenticidad cristiana del ser y la eficacia del estar y del actuar en el mundo de todos los bautizados. Este generoso anhelo motivó su nuevo estilo, su temática y su metodología propios. La renovación es esencial a su origen y a su desarrollo.
642. Pablo VI, muchos años después, nos anima a seguir en ese clima constante de revisión y renovación: "Perseverad en el empeño de acomodar vuestro mensaje a las realidades consoladoras que se nos anuncian, conciliando la actividad y apostolado con una nueva situación que exige soluciones precisas y justas, verdaderas y cabales. Junto con vuestros Pastores, estudiad los caminos aptos para la difusión del Evangelio".
Encarnación
643. Para que la Iglesia pueda ofrecer a todos el misterio de salvación y la vida traída por Dios, debe insertarse en los diferentes grupos humanos, con el mismo afecto con que Cristo se unió por su encarnación, a ciertas condiciones sociales y culturales de los hombres con quienes convivió. Esta renovada encarnación exige asumir la realidad humana y adaptarse cada día.
644. Igualmente, para que el MCC cumpla su objetivo, debe tener una permanente y necesaria encarnación de su mentalidad y de su método a las condiciones sociales y culturales de cada lugar y tiempo. Este esfuerzo de inculturación supone y exige a todos los responsables del Movimiento constante reflexión, análisis sereno y profundo de la realidad siempre cambiante, permanente actitud de búsqueda y frecuente evaluación de fracasos y logros obtenidos.
645. El MCC asumió las 5 notas de eclesialidad formuladas por Juan Pablo II en su Christifideles Laici (N0 30), y recogidas y comentadas en el Cap. 2, Esencia; Finalidad (N0. 93 a 103) y que son:
-la primacía que se da a la vocación a la santidad;
-la responsabilidad de confesar la fe católica;
-el testimonio de una comunión firme y convencida de filial relación con el Papa y el Obispo respectivo;
-la conformidad y la participación en el fin apostólico de la Iglesia; y
-el servicio de la dignidad del hombre.
646 Ser y actuar como Iglesia exige, pues, al MCC, una comunión orgánica con la jerarquía, expresada en obediencia, diálogo, iniciativa y corresponsabilidad a la recíproca colaboración.
647. Los iniciadores del MCC tuvieron conciencia clara de esta verdad y de sus exigencias: "Mientras los Cursillos de Cristiandad se mantengan en línea con la Iglesia viva, al compás de sus mejores inquietudes y a las órdenes de quienes la rigen, nada tememos de ellos, mucho esperamos de sus frutos. Por eso pudo exclamar el Papa: "Cursillistas de Cristiandad, Cristo, la Iglesia, el Papa, cuentan con vosotros.
3. LA FUNCIÓN PROPIA DEL MCC EN LA ACCIÓN PASTORAL DE LA IGLESIA
1. El Ministerio de la Iglesia
648. La Iglesia, depositaría de una única misión, la misma de su Señor, la cumple con una acción variadísima y multiforme, como variadas y multiformes son las realidades de los hombres, que exigen respuestas dinámicas siempre nuevas a la luz de la perenne Palabra de Dios.
649. Para llevar a cabo su única y específica misión de evangelización, el Señor la dota de variedad de carismas al servicio de la construcción del Pueblo de Dios y tensión del Reino. Partícipe de la misión total de Jesucristo, la Iglesia cumple variedad de servicios o ministerios que los pastoralistas suelen agrupar en categorías: El Ministerio Profetice o servicio de la Palabra; el Ministerio Litúrgico o servicio cultual; el Ministerio Hodegético o conducción de la comunidad cristiana, que incluye el servicio de la caridad y la justicia. Todo ello son formulaciones sólo aproximadas del infinito Ministerio salvífico de Jesús, perpetuado en la Iglesia.
2. La función específica del MCC
650 El MCC se identifica dentro de la acción de la Iglesia por sus opciones pastorales, opciones que ha ido madurando a través de su experiencia pastoral y que ha formulado en los diversos Encuentros Internacionales.
651. Como agente de pastoral, el MCC tiene una función específica que, en la realización de la unica misión de la Iglesia, está determinada por su propia mentalidad y método y expresada por su finalidad.
652. En consecuencia, el MCC se sitúa en la pastoral de la Iglesia:
-como un elemento y un instrumento de la Pastoral Profética,
-con función propia en la fermentación evangélica de los ambientes
-y con una forma específica determinada por su mentalidad y método.
653. El MCC se ha comprometido a colaborar con la Iglesia total en la tarea de fermentar de Evangelio los ambientes, mediante la sincera conversión o renovación cristiana de los hombres que tienen mayor influencia natural en ellos. Y para que su colaboración sea eficaz, pone al servicio de la Iglesia su propio método.
3. La evangelización de los ambientes, opción fundamental del MCC
El MCC, agente de evangelización
654 "Es en la evangelización donde se concreta y se despliega la entera misión de la Iglesia... Por la evangelización, la Iglesia es construida y plasmada como comunidad de fe; más precisamente, como comunidad de una fe confesada en la adhesión a la Palabra de Dios, celebrada en los sacramentos, vivida en la caridad como alma de la existencia moral cristiana... Cada discípulo es llamado en primera persona; ningún discípulo puede escamotear su propia respuesta; '¡Ay de mí si no predicara el Evangelio!' (1 Cor 9, 16)" Por la misma razón, una característica fundamental de la eclesialidad de cualquier movimiento, consiste en "la conformidad y la participación en el fin apostólico de la Iglesia, en su misión.
655 El MCC es plenamente consciente de la importancia y trascendencia del Ministerio Profetice o evangelización, primera realidad de la economía de la salvación y principio de toda la vida para la Iglesia, y se hace no sólo solidario con todos los otros agentes de la pastoral Profética, sino también ejecutor, con función propia, según su esencia, finalidad y método, de este ministerio eclesial. El MCC vive, pues, en comunión misionera con la Iglesia, porque entiende que "dar fruto es una exigencia esencial de la vida cristiana y eclesial. El que no da fruto no permanece en la comunión: Todo sarmiento que en mí no dé fruto, mi padre lo corta. El MCC optó por ser agente de evangelización como un elemento y un instrumento de la Pastoral Profética.
656. Esa tarea evangelizadora la asume el MCC sobre las huellas de la Iglesia, como un ministerio liberador de todo el hombre y de todos los hombres, como una tarea histórica, porque ha llegado la hora de la liberación: el Reino de Dios está cerca. El MCC es consciente de que la liberación integral es parte integrante de la evangelización y que ésta se expresa en la vivencia del Evangelio corno servicio a la persona (en la promoción de su dignidad y en la defensa del inviolable derecho a la vida) y a la sociedad. El MCC sabe que la evangelización hace del evangelizador y del evangelizado, destinatario y protagonista de la vida familiar, política y económico-social, en Ia perspectiva del Reino. En este sentido, la evangelización es el mejor servicio que se puede prestar al hombre.
657. La evangelización que asume el MCC, como parte de la Iglesia, tiene como finalidad evangelizar la cultura y las culturas del hombre. La cultura es la matriz, consciente o sub-consciente cultural que legítima los sistemas políticos, sociales y económicos y las estructuras de injusticia. Por ello, sólo en la inculturación del Evangelio "desde dentro y a través de la cultura, la fe cristiana llega a hacerse histórica y creadora de historia", renovadora de sistemas y estructuras. De ahí "la urgencia pastoral de reservar a la cultura una especialísima atención" y el llamamiento a "los fieles laicos para que estén presente, con la insignia de la valentía y la creatividad intelectual, en los puestos privilegiados de la cultura.
658. El MCC comprende y acepta que la nueva evangelización propuesta por el Papa como tarea a la Iglesia Universal, debe evangelizar el actual proceso de unificación cultural plantetaría, teniendo en cuenta la diversidad de características, situaciones y problemas, con una acción plural, diversificada e inculturada; y al mismo tiempo con una acción integrante y complementaria en la unidad de la Iglesia salvíficamente universal. Ello impone el diálogo entre todas las Iglesias, el reconocimiento de los valores y desvalores regionales y la promoción de la corresponsabilidad eclesial.
659. En un mundo donde las dos terceras partes de los hombres son pobres, éstos han irrumpido en la historia como un colectivo cultural e histórico, "víctima de una historia de injusticia y protagonista de otra historia de salvación". Para ello, en el corazón de la nueva evangelización está la opción preferencial y solidaria por los pobres. Ellos hacen a la Iglesia un profundo llamamiento: la Iglesia, en virtud de su compromiso evangélico, debe considerarlos tarea prioritaria.
660. Estas convicciones fundamentales sobre la evangelización constituyen criterio fundamental y prioridad en el MCC y hacen de la tarea evangelizadora la matriz de la actividad e identidad pastoral del Movimiento.
El MCC, agente de la Pastoral Ambiental
661. Desde sus inicios, el MCC comprendió que era necesario cambiar radicalmente el mundo y optó por hacerlo a través de lo que su finalidad define a veces como
Vertebración de Cristiandad, a veces como Fermentación de los Ambientes. El MCC optó por una Pastoral Ambiental.
662. Esta opción pastoral incluye dos exigencias esenciales:
-Encarnarse en las culturas, y
-Asumir la dimensión misionera de la Iglesia misma.
La evangelización es un servicio no primariamente al interior de la Iglesia, sino un servicio de la Iglesia y, como Iglesia, al mundo.
663 El MCC, para cumplir su misión evangelizadora, optó por evangelizar los ambientes decisivos, porque es en ellos donde preferentemente se crea, se transmite y se transforma la cultura. Pero además, es allí donde se produce la ruptura entre el Evangelio y la cultura, entre la cultura y los valores, y allí también donde se recrea esa comunión. En ello coincide con la pastoral actual que contempla, como una prioridad, la creación de equipos apostólicos o movimientos de laicos en los ambientes o estructuras funcionales, donde se elabora y decide en gran parte el proceso de liberación y humanización de la
sociedad.
664. El MCC realiza esta Pastoral Ambiental a través de las personas de mayor influencia natural en los ambientes, de los mejores agentes de cambio, organizados y conjuntados en núcleos de cristianos.
665. La Pastoral Ambiental constituye la opción específica del MCC, concreta su mentalidad, persigue su finalidad, identifica al MCC como agente de pastoral en la Iglesia. La estrategia y método, en sus tres tiempos, facilitan dicha opción. Más concretamente, el MCC se compromete a:
-planificar su acción pastoral en función de su finalidad última y, en esta perspectiva, preparar y realizar siempre los Cursillos en función directa de la transformación de los ambientes;
-estudiar, descubrir y jerarquizar los ambientes y en ellos localizar a los hombres-eje u hombres-vértebra;
-posibilitarles la vivencia de lo fundamental cristiano, ayudándoles a descubrir y a realizar su vocación personal, con respeto de la misma;
-promover su conversión constante y progresiva, integrándolos en núcleos de cristianos para que, desde esa comunidad, con el ejercicio de su natural influencia, contribuya cada uno a impregnar de Evangelio sus propios ambientes, dentro de la vía de la normalidad.
666. He ahí el compromiso específico del Movimiento. El que se debe pedir. Del que no se debe separar.
4. CARACTERÍSTICAS DE LA OPCIÓN FUNDAMENTAL DEL MCC
667. La evangelización o fermentación de los ambientes, la Pastoral Ambiental, viene precisada y completada por tres características fundamentales u opciones pastorales integrantes.
1. La opción por la persona humana
668 El hombre, el antropocentrismo, constituyen un valor fundamental en el MCC. Es finalidad intermedia ayudar a descubrir y realizar la vocación personal con respeto de la misma. Esa es la opción radical por el hombre, ya que "toda vida humana es una vocación. La plena realización humana es parte esencial del servicio a la persona y a la sociedad. Eso es colocar al hombre, a la persona humana, en el centro de la cultura, de la sociedad y de la historia, del Reino de Dios como tarea.
669. La plena realización humana es, igualmente, parte esencial de la vocación a la santidad personal y a su misión, vocación que el hombre debe descubrir y vivir. El MCC está comprometido en la creación del hombre nuevo, según Dios, en justicia y santidad.
670. La opción del MCC por el hombre expresa su fe en que el hombre es el constructor de la sociedad y el núcleo fundamental de su cambio. El hombre nuevo es el agente renovador de los ambientes y culturas, y, mediante ello, el agente de cambio de las estructuras. No habrá nuevas y renovadas estructuras si no hay hombres nuevos. De ahí que el secreto está en el hombre y no en los métodos. De ahí que el MCC coloca lo fundamental en el SER, no en el HACER, en el hombre-cristiano y no en las "obras cristianas", en la realización interdependiente personas-comunidad.
2. La opción por la Pastoral Kerygmática
671. El MCC se definió como un agente con función específica dentro de la Pastoral Profética y dentro de ésta, en la Pastoral Kerygmática. Es preciso comprender cabalmente el alcance de esta afirmación.
672. La dimensión Kerygmática constituye como el carácter definitorio del estilo evangelizador del MCC en os ambientes prioritarios. Más que de kerygma, hablamos
de una Pastoral Kerygmática que siempre hemos comprendido de esta manera:
673. Es una pastoral de renovación en contraposición a una pastoral de conservación: se centra en la evangelización y no en la catequesis ni en la apologética, en el renovar el ser-cristiano, en despertar el hambre de Dios, en buscar la experiencia de Dios, que lleva a la conversión integral, progresiva y operante.
674. Es una pastoral predominantemente de anuncio, pero no de cualquier anuncio, sino del primero, del anuncio de la Buena Nueva, de lo fundamental cristiano a quienes no lo conocen, o conociéndolo no lo viven. Es una pastoral esencialmente misionera, va en busca de la oveja perdida.
675. Es un anuncio-denuncia-llamamiento "con una palabra que convierte y salva, que se convierte en acontecimiento, que abre espacio a Dios, porque crea hambre de Dios, por una palabra destinada a la conversión"; palabra que denuncia y anuncia, palabra encarnada que hace presente y experimentable aquello mismo que proclama, palabra cargada de esperanza.
676 El mensaje lo constituye el anuncio de lo fundamental, Jesucristo, su vida y su doctrina, siempre base nuclear del mensaje perpetuo a través de la historia, en su prolongación viva que es la Iglesia. Siendo la Palabra de Dios radicalmente distinta de las palabras humanas, "aunque sean éstas, palabras que discurren sobre cosas de Dios", el MCC está atento a todos los caminos por donde nos llegan las voces de Dios: la creación, la historia, los profetas, los signos de los tiempos, los acontecimientos históricos...
677 Es, finalmente, un método Kerygmático. Lo que conlleva, como signo, la palabra y el testimonio. La palabra debe ser una proclamación dinámica, que engendra crecimiento y plenitud por los frutos; una proclamación jubilosa, que asume el dolor humano para transformarlo en vida, porque arranca de y lleva a un concepto pascual del hombre y de la historia. Ese anuncio pretende no la información sino la vivencia y convivencia en quien lo recibe. Debe convertirse en acontecimiento cumbre para quienes lo escuchan.
678. Este anuncio sólo puede ser hecho por testigos acreditados por Dios: anuncio testimonial, transparencia de Dios en la vida de hombres que se han encontrado con el Señor y se esfuerzan por ser oyentes fieles, conocedores entusiastas y profundos, personas poseídas por la Palabra que han de proclamar. Además, el anuncio debe ir acompañado por signos inteligibles al hombre de cada época: el compromiso por la justicia, la paz, la inserción apostólica en las realidades temporales, la vivencia comunitaria de la fe... El anuncio lleva, pues, inseparable, el testimonio de una vida integral y el testimonio de un compromiso con el Señor y con los hermanos.
679. Esto es lo que con mayor o menor precisión hemos entendido y pretendido en el MCC, cuando hablamos de Pastoral Kerygmática.
680. El carácter Kerygmático, sin ser excluyente, invade la estrategia y el método del MCC en sus tres tiempos, aunque con acentos diferentes.
681. En el Precursillo, porque para ser respuesta, el MCC debe conocer la realidad; y en ella descubrir lo que se opone al Reino, lo mismo que descubrir en la entraña de las culturas "las semillas del Verbo": cuáles son las aspiraciones humanas, los valores culturales coincidentes germinalmente con el Reino de Dios... Precursillo Kerygmático es abrir a los hombres a la transcendencia, despertar en ellos su capacidad de Dios. Es abrir el Movimiento a la presencia de Dios en las diferentes culturas.
682 En el Precursillo, la dimensión Kerygmática tiene su acento prioritario en el testimonio de una vida centrada en Cristo y comprometida con los hermanos. Es un pre-anuncio, anuncio existencial. Se trata del lenguaje y de la revelación del amor: en eso conocerán que somos discípulos del Señor.
683. Es en el Cursillo donde la Pastoral Kerygmática adquiere su máxima expresión dentro del Movimiento. Desde el punto de vista del "contenido" Kerygmático, en el MCC se hizo opción por presentar lo fundamental desde el kerygma de la Gracia, que resulta así, un kerygma vivencial y germinal. La gracia se hace kerygma trinitario: comunión y participación de la vida de Dios trino; kerygma eclesiológico-sacramental. El acento prioritario está en el anuncio-denuncia-llamada, avalado por el testimonio integral del equipo dirigente.
684. El método, la vivencia jubilosa, la conversión, la experiencia comunitaria de Dios, todo es prioritariamente Kerygmático en el segundo tiempo del MCC.
685. También el Poscursillo, que busca la conversión progresiva y permanente, la comunión y la participación, la misión y la corresponsabilidad, exige el talante Kerygmático-vivencial-testimonial. El acento varía en dos etapas:
a) los recién salidos de Cursillo requieren un catecumenado Kerygmático para afianzar la conversión apenas: iniciada;
b) luego es necesaria una profunda catequesis que explicite y complemente el anuncio fundamental; catequesis que, sin embargo, no debe olvidar la dimensión vivencial-testimonial indispensable para una conversión Integral, progresiva y operante.
686 En la comprensión y vivencia del misterio de Jesús, los fieles cristianos deben ahondar incluso en el conocimiento teológico, saber no privativo de selectos. Es más: mediante la permanente reflexión palabra-vida, sus comunidades se constituyen en auténticos lugares de elaboración teológica.
3. La opción por la Pastoral Comunitaria
687. Desde sus inicios, el MCC optó por la vivencia comunitaria de la fe y así lo acuñó en su definición. Decidió que el Precursillo fuera una acción preferentemente comunitaria en sus agentes y destinatarios; comprendió que el Cursillo es una acción de la Iglesia y como Iglesia, vivida en la comunión del equipo. En el Poscursillo los núcleos cristianos son clima de vivencia de lo fundamental cristiano y plataforma de lanzamiento apostólico.
688 En el Poscursillo, el MCC, como agente de la Pastoral Ambiental, aporta a la Iglesia núcleos o pequeños grupos -fermento de comunidad eclesial- que, en íntima amistad conviven su cristianismo, crecen cada día más en la fe e irradian a Cristo en sus ambientes.
689. Esta aportación está en la esencia misma de la Iglesia y responde a una exigencia constante de su acción salvífica, que se hace signo comprensible en la pequeña comunidad, la relación vivida en comunión concreta es, además, una profunda exigencia antropológica. El hombre, en efecto, es esencialmente trascendente, es comunión, es donación mutua. La comunidad es, también, una respuesta a las grandes carencias del hombre de hoy, que vive en un mundo que le ha llevado al anonimato, la deshumanización y el aislamiento espiritual, no sólo en las grandes ciudades, sino en todos los sitios en que, en alguna forma, sufren las consecuencias de la tecnificación, la urbanización y la masificación.
690. El MCC tiene la llave de su eficacia precisamente en la promoción de la siempre renovadora conversión de cristianos que, por su influencia natural en los ambientes, en núcleos de comunidades, en íntima unión con Cristo y con los hermanos, viven el misterio de la Iglesia en comunión con el Padre, y, movidos por el Espíritu, hacen Iglesia y realizan la misión de Cristo en su servicio al mundo, plenamente comprometidos en su acción liberadora.
5. EL MCC Y LA PASTORAL ORGÁNICA O PASTORAL DE CONJUNTO
691. Siendo la Iglesia una comunidad, no cabe en ella ni el aislamiento ni los individualismos; siendo un cuerpo orgánico no cabe en ella la separación sino la integración. Por eso, atenta siempre a los signos de los tiempos, y consciente de que en los actuales momentos el hombre siente la necesidad, cada vez más imperiosa, de agrupar y conjugar esfuerzos en todas las dimensiones de su vivir y actuar, la Iglesia insiste en la urgencia de lograr la llamada Pastoral Orgánica o Pastoral de Conjunto, es decir, la ;coordinación e íntima conexión de todas las obras de apostolado, en torno a criterios compartidos y objetivos :comunes, bajo la dirección de los obispos, de suerte que todas las empresas o instituciones apostólicas consigan la mayor eficacia, construyan y resplandezca al mismo tiempo la unidad.
692. El MCC nació en un plan pastoral, al calor de una comunidad cristiana, bajo la guía de un Obispo diocesano. Por eso jamás olvida que su misión no puede ser Improvisada ni dispersa. Para conseguir la mayor eficacia, supuesta la Gracia del Señor, el MCC hace, en cada Secretariado su propio plan pastoral a la luz de las necesidades ambientales y de la pastoral de la Iglesia diocesana.
693. El MCC es un movimiento esencialmente diocesano. Por eso ha renovado en todos sus Encuentros conciencia de que no puede ser considerado como un agente aparte, disperso, de la comunidad eclesial. El MCC es un elemento y un instrumento de esa pastoral.
694< /span> En consecuencia, el MCC fiel a su opción fundamental por la Pastoral Ambiental, y dentro de su mentalidad, finalidad y método, debe estar al servicio de Pastoral Orgánica de la diócesis y, en consecuencia, debe colaborar en la planificación y ejecución de sus planes pastorales.
695. El MCC por ser un movimiento ambiental, impulsará a quienes hacen Cursillo a vivir su compromiso fundamental en sus ambientes; y a buscar con libertad su comunidad definitiva. Sin embargo, motivará también a los cursillistas a que colaboren con la parroquia, "comunión de comunidades", y sean en ellas instrumento de renovación cristiana, en plena comunión con sus párrocos.
696. Siempre dentro de su opción fundamental, su mentalidad, finalidad y método propios, estará en comunión dinámica y real con la Iglesia nacional y universal, a través de sus Secretariados Nacionales y Grupos Internacionales y a través del OMCC, instrumento de comunión e información mundial.
697. Es claro que el MCC es, dentro de la Iglesia, un agente de pastoral específica y, en consecuencia, no es agente de toda la pastoral de la Iglesia, ni tampoco agente de cualquier pastoral dentro de ella.
698. El MCC está comprometido a colaborar en la tarea evangelizadora de la Iglesia (Pastoral Profética), dentro del campo específico de la fermentación de los ambientes (Pastoral Ambiental).
699. Para lograrlo, pone al servicio de la Iglesia su método, mentalidad y finalidad: posibilita la vivencia de lo fundamental cristiano (Pastoral Kerygmática) a aquellos hombres que tienen mayor influencia natural en sus ambientes, con respeto y promoción de la vocación personal (opción por la persona humana), para que, conjuntadas en núcleos de cristianos (Pastoral Comunitaria), fermenten de Evangelio sus propios ambientes y, mediante ello, renueven la cultura y las estructuras para aproximarlas al diseño del Reino de Dios.
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