1. DEFINICIÓN (# 154 - 156).
2. EL MÉTODO Y LA MENTALIDAD (# 157 - 159).
3. LA IMPORTANCIA DEL MÉTODO (# 160 - 162).
4. LAS CARACTERÍSTICAS DEL MÉTODO (# 163 - 170).
5. EL USO DEL MÉTODO (# 171 - 174).
154 Método es la disposición y el empleo adecuado de ciertos medios, claramente conocidos, para alcanzar, con la mayor probabilidad de éxito, con la mayor rapidez y con la mayor perfección, una meta propuesta.
155 El Método del MCC es la aplicación de su mentalidad y de su esencia, para 'conseguir las metas exigidas por esa esencia y esa mentalidad.
156 El Método del MCC se aplica en sus tres tiempos, Precursillo, Cursillo y Poscursillo (de ellos se habla con más detalles en los capítulos 5, 6 y 7).Por tanto, el Método del MCC comprende:
a) una manera organizada de seleccionar los ambientes necesitados de evangelización (Precursillo);
b) una manera efectiva de motivar personas, para que se decidan a vivir lo fundamental cristiano (Cursillo);
c) una manera natural de enfrentar valientemente las realidades de la vida de hoy y de fermentar de Evangelio los ambientes (Poscursillo).
157 Dentro del MCC, el Método no es otra cosa que la mentalidad y la esencia hecha vida, hechas realidad. No trata de una aplicación espontánea, caprichosa y acrítica, dejada a merced del gusto personal o de la improvisación del momento; se trata de una aplicación pensada, planificada y realizada con vistas a una mayor eficacia.
158 El Método encuentra su razón de ser en procurar acrecentar la vida que engendra el Movimiento. Está en función de vida. Está para que no se desfigure la identidad del Movimiento y no se desvíen o mutilen su esencia, su finalidad y su mentalidad; está para ofrecer al Movimiento una acción adecuada, fructífera y eficaz. No está el Miramiento para el Método, sino éste para aquél.
159 Sólo la evolución de la mentalidad exigirá el planteamiento de cambio en el Método, a fin de que la mentalidad no pierda su identidad. Cuando la aplicación de la mentalidad no resulta eficaz, habrá que pensar en la necesidad de reajustar el Método que la aplica. Algo falla en éste, cuando la mentalidad se estanca. La mentalidad no es rígida, sino que deja en libertad a las personas para hacer cosas diferentes en los diversos espacios culturales, siempre que las opciones que se tienen respeten lo esencial del Movimiento.
160 A pesar de la dependencia y subordinación del Método a la mentalidad, a la esencia y a la finalidad del Movimiento, es tanta la importancia del Método que éste viene como a imprimirle "carácter" al Movimiento. El Método del MCC responde, de un modo concreto, a la necesidad de buscar caminos que aseguren la autenticidad de nuestro propio ser cristiano, que resalte en cada persona la grandeza y dignidad de ese ser cristiano, de forma que, por la acción de los que han renovado su vida en un Cursillo, el Evangelio irrumpa, impregne y configure todo el hacer del hombre en las circunstancias concretas en que cada uno se halla inserto.
161 Y como las circunstancias son tan distintas y variantes, el Método, en lo que tiene de no sustancial, deberá adaptarse a las contingencias de lugar y tiempo, si no quiere esterilizar su función. Esta necesaria adaptación -renovarse o morir- habrá de hacerse en un clima de oración, de reflexión, de respeto, de discreción, de diálogo abierto y desapasionado; no sea que las ansias de originalidad, a veces inconscientes, vengan a desvirtuar el valor de aquello sobre cuya validez existen experiencias múltiples, largas y fecundas.
162 Dentro de la acción pastoral, el MCC se ofrece a la Iglesia, a través de su Método, como un servicio, en esta hora trascendental de la "nueva evangelización".
4. LAS CARACTERÍSTICAS DEL MÉTODO.
163 El Método del MCC tiene estas características:
a) Es Kerygmático. Todo el Método debe ser fiel a la opción escogida por el Movimiento dentro del campo del kerygma. El Método agrupa a personas que como testigos, y no como maestros, proclaman a Cristo. "El hombre contemporáneo escucha más gustosamente a los testigos que a los maestros; y, si escucha a los maestros, es porque éstos son testigos" (EN, 41).
164 Lo Kerygmático es, con todas sus consecuencias, clave esencial en el Método del MCC. Bajo esa luz habremos de enfocar y enjuiciar no sólo los tres días del Cursillo, sino también los requisitos y condicionamientos del Precursillo y la realización comunitaria y las estructuras del Poscursillo. El Método del MCC no es, por lo mismo, ni apologético ni catequético. Dentro del campo del kerygma debemos discernir, esquemáticamente tres notas que afectan a su esencia:
-la proclamación jubilosa del mensaje;
-hecha por testigos; y
-con vistas a la conversión.
Si el Método del MCC no tuviera siempre presente estas connotaciones del kerigma , se deformaría la mentalidad y finalidad del Movimiento.
165 b) Es Cristocéntrico. Dado el frecuente desconocimiento de Dios y de Aquél a quien el Padre ha enviado (Jn 1, 10), conviene poner el énfasis sobre un cristocentrismo en el que Cristo sea el núcleo de su mensaje, proclamado por unos hombres que han vivido el gozo de la experiencia de la fe. Si éstos han hecho de Cristo el centro de sus vidas, son capaces de anunciar la grandeza de la realidad de un Dios que "tanto amó al mundo, que le dio a su Unigénito Hijo, para que todo el que crea en El, no perezca, sino que tenga la vida eterna" (Jn 3, 16). Nuestro mundo es un mundo rescatado "no con plata y oro corruptibles, sino con la sangre preciosa de Cristo" (1 Pe 1, 19).
166 c) Es testimonial. Como no son pocos los bautizados que niegan, con sus comportamientos diarios, la Gracia que un día les hizo partícipes de la misma naturaleza divina (2 Pe 1, 4), el mensaje debe ser proclamado por cristianos -por grupos de cristianos- "que irradien de manera sencilla y espontánea, su fe en los valores que van más allá de los valores corrientes" (EN, 21), de forma que su sola presencia testimonial sea "un gesto inicial de evangelización" (EN, 21).
167 d) Es personal. El carácter Kerygmático exige que se profundice en un conocimiento más exacto del hombre de hoy, con su problemática concreta, con la fuerza de las presiones y las manipulaciones de las ideologías circundantes, con sus angustias vitales y sus miedos, con sus alegrías y sus esperanzas. En la proclamación hecha a una comunidad, cada uno percibe que el mensaje se ha dirigido personalmente a él, pues lo recibe mediante el trato personal y el testimonio personal (EN, 45).
168 e) Es camino para la conversión. Cuando el hombre se siente aceptado en su circunstancia, es cuando el hombre se puede abrir a Cristo que se proclama y es camino, verdad y vida. En la Gracia se realiza toda conversión, todo encuentro con Dios, toda comunidad cristiana. En el Cursillo no se proclama un sistema de vida o de valores, sino que se señala el camino por el cual Cristo puede llegar a ser centro, dueño y salvador de todo hombre, que permita que Dios tome posesión de él (Cf. Ap 3, 20). El Método del MCC, ayudando al hombre a encontrarse con Cristo y consigo mismo, le facilita el inicio y progreso de su conversión, poniéndolo en contacto con Cristo y con los hermanos.
169 f) Es comunitario. Es decir, es un Método que no deja al hombre solo en la búsqueda de la verdad. El hombre puede y debe sentir a su lado, más aún, en su interior, la presencia de Cristo, que llega a hacerse comunión: "Donde dos o tres están reunidos en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos" (Mt 18, 20), y la amistad con los hermanos.
170 g) Es inductivo. El MCC nace y aprende a caminar en la vida, sacando de la experiencia de cada día, iluminada por el Evangelio, los criterios y los medios para orientar la vida cristianamente y construir la comunión con Dios y con los hombres.
171 El Precursillo, el Cursillo y el Poscursillo constituyen un todo indivisible. Para que exista el Movimiento auténtico y para que pueda conseguirse su finalidad, debe aplicarse la totalidad del Método, en coherencia con la finalidad concreta de cada uno de sus tiempos. Alguna o algunas partes del Método no son el Método. Por eso, éste
172 a) en el Precursillo.
-selecciona y estudia los grupos humanos que integran una comunidad o ambiente;
-selecciona las personas-clave de esos ambientes;
-prepara a estas personas para que acepten -o pidan-espontáneamente vivir la experiencia de un Cursillo;
173 b) en el Cursillo.
-proclama kerygmáticamente lo fundamental cristiano, mediante el testimonio y el anuncio explícito del Señor Jesús;
-emplea los recursos humanos y técnicos, poniéndolos al servicio de la Gracia, y respetando la libertad y el ritmo de crecimiento de cada destinatario del mensaje;
174 c) en el Poscursillo.
-apoya a quienes han vivido la gozosa experiencia del Cursillo, en la realización de su vocación dentro de sus ambientes;
-mediante la reunión de grupo y mediante la Ultreya, promueve la amistad humana, cristiana y apostólica que ayuda a cada cursillista a crecer, a madurar y a dar siempre más fruto (Cf. ChL, 57);
-impulsa a cada cursillista hacia la fermentación cristiana de los ambientes
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